Disfunción eréctil Notas

Etiología

La disfunción eréctil, a menudo denominada impotencia, se caracteriza por la dificultad para lograr y mantener una erección. El problema de la disfunción eréctil no es aislado; se ha informado de que más de la mitad de los hombres de entre 40 y 70 años experimentan algún tipo de disfunción eréctil. Por lo tanto, es esencial comprender que se trata de una afección común y que quienes la padecen no están solos.

Historial y examen físico

La disfunción eréctil puede manifestarse de diversas maneras. Para algunos, se trata de una afección persistente en la que nunca se ha logrado una erección, lo que suele denominarse DE primaria. Las causas de la disfunción eréctil primaria pueden ser psicológicas o debidas a una afección física. Para otros, puede tratarse de un problema que se ha desarrollado con el tiempo y que puede deberse a diversas razones, tanto físicas como emocionales. Los antecedentes sexuales pueden ayudar a saber si una persona consigue alguna vez una erección adecuada para la penetración y si la afección empeora o se mantiene estable.

Síntomas y causas

Las causas de la disfunción eréctil pueden ser múltiples. Aunque la disfunción eréctil puede deberse al estrés o a motivos emocionales, también puede ser un síntoma de una enfermedad más grave. La aterosclerosis, que consiste en el endurecimiento u obstrucción de las arterias, es una de esas enfermedades. Además, las enfermedades cardiacas, la hipertensión arterial y la diabetes, que provoca un alto nivel de azúcar en sangre, también pueden causar o agravar la disfunción eréctil.

Diagnóstico y pruebas

El proceso de diagnóstico de la disfunción eréctil puede incluir diversos enfoques. A menudo, se realiza una historia sexual exhaustiva para comprender la profundidad y la progresión del problema. Al paciente se le pueden hacer preguntas como: "¿Es capaz de obtener una erección adecuada para la penetración?" o "¿Su disfunción eréctil empeora o se mantiene estable?". Además, las evaluaciones físicas y las pruebas diagnósticas específicas pueden aportar más claridad sobre la afección.

Evaluación y tratamiento

La disfunción eréctil puede tener profundos efectos psicológicos en una persona. Los hombres con disfunción eréctil a menudo se enfrentan a emociones como la ira, la frustración, la tristeza y una disminución de la confianza en sí mismos. La tensión emocional no se limita a la persona, sino que sus parejas también pueden sufrir un estrés importante debido a la afección. Aunque la carga emocional es evidente, es tranquilizador saber que la disfunción eréctil se puede tratar. Uno de los tratamientos habituales son los medicamentos orales, como el sildenafilo (Viagra), el vardenafilo (Levitra, Staxyn), el tadalafilo (Cialis) y el avanafilo (Stendra). Estos medicamentos actúan potenciando los efectos del óxido nítrico, una sustancia química natural producida por el organismo, que relaja los músculos del pene, facilitando un mejor flujo sanguíneo y, por tanto, una erección.

Control y tratamiento

El tratamiento de la disfunción eréctil va más allá de la medicación.

Además, comprender la anatomía del pene y el modo en que diversos factores, tanto internos como externos, afectan a su funcionamiento puede ser esencial para gestionar y tratar la disfunción eréctil con eficacia.

Impacto emocional

La disfunción eréctil no es sólo un problema físico. Como ya se ha mencionado, las implicaciones emocionales de la disfunción eréctil pueden ser muy profundas. Es habitual que las personas con disfunción eréctil se enfrenten a una serie de emociones, desde la ira y la frustración hasta la tristeza y la falta de confianza. Reconocer esta confusión emocional es crucial, ya que abordar los aspectos psicológicos puede ser tan importante como tratar los síntomas físicos.

Al comprender la naturaleza polifacética de la disfunción eréctil, desde sus causas hasta sus tratamientos, las personas pueden abordar la afección con conocimiento y empatía, facilitando una mejor gestión y apoyo emocional a los afectados.